TIEMPOS DE MAQUINAS: "Cuando desaparece el Cuerpo. Trazos que hacen Lazos"
En relación a la escritura, por ejemplo, es ideal tener a alguien que "avise" cuando hay palabras mal escritas, especialmente si hubo que aprender una y otra vez, técnicas, reglas ortográficas y caligrafía, para que la letra saliera redondeada; o se tuvo que pasar años haciendo piruetas con el cuerpo-brazo-mano-papel-lapiz, para lograr una letra entendible.
La maquina es una ayuda, similar a un apoyo para subir o bajar un peldaño, cuando hace tiempo ya se sabe usar las escaleras.
¿Qué sucederá con quienes, sin aún haber dado los pasos precisos, en cuerpo, ya cuentan con una máquina que lo hace por ellos?
La escritura, tanto en dibujo como en letra, no es un proceso fácil. Es una representación de la subjetividad, de la forma como se va constituyendo el infante y su relación con el mundo. Primero, desarrolla la función motora: desde tomar el cascabel hasta lograr usar la cuchara para comer. De ahí al lápiz, hay bastante tiempo, hasta que descubre el rayado de paredes. Luego, se empieza por los trazos en hojas, que en un inicio resultan bastante bizarros y de a poco van haciendo lazos, tomando formas y reproduciendo algunas semejanzas con la realidad externa, in-corpo-rando a otros en su mundo y participando en éste (similar a los jeroglíficos).
Así, se va constituyendo el proceso de simbolización, ligando letras a sonidos que se grafican, se aprenden a juntar con otro(s) y también, a separar de otros; palabras, frases, párrafos, que van incorporando el mundo de lo escrito. A esto se agrega caligrafía, acentuación, ortografía, que han surgido de concensos sociales, que van más allá de cada un@ y que se aprenden, como modo de ingreso a lo sociocultural e histórico.
¿Para que sirve la ortografía?
¿Cual es el sentido, o la diferencia, entre escribir "sirve" "cirve", "sirbe" o "zirve"?
Quizás ninguna más que referir al origen, la transmisión entre generaciones y el ingreso al sentido que da lo común, el lazo social, la participación: ser-parte-de.
La capacidad de simbolización es lo que diferencia lo humano del animal. Esta particularidad linguística permite, entre otras cosas, ir estableciendo la separación en relación al objeto, a partir de conceptos escritos y hablados, que van instalando diques para que la pulsión pueda ir tomando camino y hacer de tope a la irrupción del acto. En lo cotidiano, se traduce en la instalación de valores, acuerdos, leyes y sentidos comunes, como formas de atajo a la muerte, la violencia, la sexualidad, el poder, entre otras irrupciones.
Si no se transita por este complejo proceso de simbolización que se produce en la real-ización de trazos, signos, letras y escritura, ¿Qué nos queda?
¿Qué regulación pulsional se puede instalar en un cuerpo y una psique si no hay trazo, razgo y significante que lo constituya?
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Después de esta larga y aún así, sintética descripción de este complejo proceso, hay que preguntarse qué va a pasar con los seres humanos, cuando ya sea parte de la existencia, que una maquina escriba y hable por nosotr@s.
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